Hola queridas, este es la primera entrada en mi blog. Es un texto que publiqué el año pasado en Campus Relatoras el 6 de marzo, el día internacional para la visibilización de la vulva. Casi un año después suscribo todas y cada una de las palabras. Seguimos!

CAROLEE SCHNEEMANN Y EL DÍA INTERNACIONAL PARA LA VISIBILIZACIÓN DE LA VULVA

No me gustan nada los días para visibilizar algo… suelen significar que el resto de días del año no se hable de ello.

Hoy 6 de marzo es el Día para la Visibilización de la Vulva. Éste es uno de esos días…

VULVA, una palabra que sigue provocando sonrojo al nombrarla, incomodidad entre muchas personas que la escuchan, confusión (pues se sigue sin distinguir vulva de vagina, etc, etc.). Elementos todos que hacen que tenga que haber un día de la vulva en pleno siglo XXI… Esto tendría que ser ridículo, y no lo es. Se hace necesario visibilizarla, nombrarla y normalizarla. Mi experiencia personal es que cada vez que nombro la palabra vulva aún sin hacerlo de manera gratuita, la gente pestañea.

“Vuelve al cuerpo, ése es el sitio en el que se origina la mayor parte de las incoherencias de la cultura occidental” dijo Carolee Schneemann en 1963 y sigue teniendo vigencia.

Hoy en día las adolescentes, justo en el inicio de su transformación en mujeres deben seguir sufriendo la negación de sus procesos fisiológicos normales que lo único que vienen a mostrar es que están vivas y evolucionan. Muchas viven sus primeras menstruaciones como algo asqueroso y sucio… algo a ocultar de por vida y de por vida lo ocultan. Muchas tienen que eliminar los vellos que aparecen por todo su cuerpo desde el minuto cero, muchas tienen que vivir con malestar y vergüenza el cambio de sus cuerpos lisos de niñas a sus cuerpos de incipientes curvas y redondeces… Y protegerlos de extraños y miradas acosantes. Haciéndoles creer a las adolescentes que sus cuerpos son para ser vistos por, para ser juzgados por, para ser usados por… Rescato las maravillosas palabras de Noelia Morgana, “mi cuerpo es sin ti, mi cuerpo es sin ellos”.

El cuerpo femenino solo sigue tomándose en consideración entre los bienpensantes si cumple los cánones estéticos marcados por la sociedad patriarcal. Si un cuerpo es considerado bello tiene derecho a existir y a exhibirse dentro de un orden, pero aun así… ¡ojo! Solo aquellas partes no molestas.

Si además el cuerpo no es canónicamente bello, quien lo muestra es una desvergonzada, una sucia…

La obra artística de Carolee Schneemann partía de su propio cuerpo sabiendo que iba a ser rechazada. Realizó una performance en 1975 llamada Interior scroll. Sacaba de su vagina algo que parecía ser un cordón umbilical y resultaba ser un texto que ella leyó rabiosa como correspondía. En el texto recogía frases con las que se había descalificado anteriormente la obra de Hannah Wilke, artista que había trabajado para rescatar el sexo femenino de su consideración como algo pecaminoso o como mero símbolo de fertilidad. Wilke había sido largamente insultada por dramatizar con su cuerpo desnudo. También había sido minusvalorada por los artistas, hombres blancos de clase media, por mostrar conflictos “femeninos irrelevantes”. Como la vulva, que en la historia del arte se suele considerar irrelevante pero también amenazante o pornográfica. Muy pocas veces se representa con normalidad y atención.

Mithu M. Sanyal, en su mítico libro Vulva. La revelación del sexo invisible, texto del que he extraído gran parte de las referencias, recoge parte del Interior Scroll que dice así:

“Conocí un hombre feliz,

Un director de cine estructuralista…

Dijo: nos gustas

Eres encantadora

Pero no nos pidas

Que veamos tus filmes

No podemos ver algo así

La crisis personal

La persistente sensación

La sensibilidad hecha a mano

Y es que el poco interés por los conflictos existenciales de las mujeres es apabullante en el arte occidental. Es considerado algo menor. El ninguneo a la condición femenina se extiende desde su anatomía íntima a su psicología.

Incluso hoy en día, los anuncios de compresas y tampones no han ayudado en nada a mejorar la visibilización de los procesos femeninos y su fisiología. Aún recuerdo el abochornante “¿a qué huelen las nubes?”… ¿¿¿De verdad??? La sangre huele a sangre, que es a lo que tiene que oler. Y sí, el anuncio lo dirigió una mujer, flaco favor… O mujeres haciendo piruetas mientras tienen la regla… ¿Acaso aún no se sabe que mientras se tiene la regla no se debe hacer ninguna posición invertida? ¿Acaso aún hay alguien que no sepa que durante la menstruación es mejor descansar que forzar a tu cuerpo a seguir con una actividad que de por sí es una locura? Que no os vendan cuentos… Esos anuncios no quieren que te sientas mejor, su intención es que sigas interiorizando que tienes que ser productiva y que sino, eres una floja.

Pero sigo con la representación del cuerpo de la mujer en la Historia del Arte, que es el reflejo de cada sociedad. Hasta bien entrados los 70 solo los hombres pueden mostrar un cuerpo de mujer en una obra de arte para que ésta sea considerada…Si lo hace una mujer o es una narcisista o es una cursi con un discurso que no apetece escuchar.

En cuanto a la vulva, excepto algunos valientes que la representaron y que fueron acusados en muchos casos de pornógrafos, por lo general se limita a ser representada cubierta por manos, paños, pelos… oculta y vergonzante.

Deberíamos haber avanzado mucho desde las pioneras de los 70 pero me encuentro que no. El neoliberalismo le ha dado la vuelta y el cuerpo de la mujer es más mercancía que nunca, y a la vez mas pecado que nunca. Si ilustrara estas palabras con el plano general de Schneemann sacando de su vagina el papel enrollado, ¡¡¡Facebook censuraría la foto pues a Carolee, desnuda, se le ven los pezones!!! Si enseñara la vulva sería el acabose…

Así que año tras año rescato este poema de Carolee, cual mantra, esperando que algún año ya no tenga sentido publicarlo:

Vulva va a la escuela y descubre que ella no existe…

Vulva va a la iglesia y descubre que es obscena…

Vulva descifra a Lacan y Baudrillard y descubre que ella es sólo un signo,

una significación del vacío,

de la ausencia, de lo que no es masculino…

(se le entrega un lápiz para que tome nota…)

Vulva decodifica la semiótica constructivista feminista y se da cuenta de que ella no tiene ningún sentir auténtico;

hasta sus sensaciones eróticas han sido construidas por proyecciones patriarcales, imposiciones y condicionamientos…

Vulva lee biología y comprende que ella es una amalgama de proteínas y hormonas de oxitocinas que gobiernan todos sus deseos…

Vulva estudia a Freud y se da cuenta de tendrá que transferir sus orgasmos clitóricos a su vagina…

Vulva lee a Masters y Johnson y comprende que sus orgasmos vaginales no han sido medidos por instrumento alguno y que ella sólo va a experimentar orgasmos en el clítoris…

Vulva lee Off Our Backs y explora el tribalismo;

entonces suspira por las ásperas barbas de dos días del otro género, sus manos largas y su insistente verga…

Vulva lee a Gramsci y a Marx para examinar los privilegios de su condición cultural…

Vulva interpreta los textos del feminismo esencialista y pinta su rostro con su sangre menstrual, aullando cuando hay luna llena…

Vulva reconoce sus símbolos y nombres en los graffitis bajo los caballetes de las ferrovías: raja, tajo, enchilada, conejo, rabo, semilla, coño y tajada…

Vulva se desnuda, llena su boca y concha con pintura y brochas, y corre al Cedar Bar a medianoche para espantar los fantasmas de De Kooning, Pollack, Kline…

Vulva aprende a analizar la política preguntando: «¿Es esto bueno para Vulva?»

Deseo de todo corazón, no tener que volver a rescatarlo el año que viene.

¡¡¡Revulvación y repúbica!!!